Fuente de la Ninfa del Cántaro
Paseo del Parque
El industrial Tomás Trigueros donó a la ciudad en 1877 una fuente de hierro con la condición de que fuera colocada cerca de su fundición, en la calle de la Plaza de Toros Vieja. El ingeniero municipal, José María de Sancha, se encargó de instalarla en esa zona del barrio del Perchel, que aún hoy en día es conocida como «La Muñeca» por el nombre popular que recibió la fuente. Esta fue trasladada en 1922 al Parque dentro de un plan municipal para embellecer y dotar de elementos ornamentales al por entonces joven recinto.
La fuente se encuentra ubicada en una pequeña glorieta en el lateral sur del Parque. Se compone de un pilón octogonal de azulejos sevillanos con motivos vegetales, en cuyo centro se eleva un pedestal de rocalla y azulejos, del que manan finos chorrillos de agua y donde crecen musgos y culantrillos. Sobre este pedestal se eleva una grácil figura femenina, de hierro fundido y pintada de color bronce, que representa a una ninfa.
Se trata de una bella joven de pie, ataviada con una túnica romana, que vierte agua de un cántaro que sujeta con ambas manos, como alegoría de los manantiales que aportan riqueza a la tierra. Se cree que procede, al igual que la Fuente de las Tres Gracias, del fundidor francés A. Durenne. En Antequera existe una versión idéntica, pintada de negro, que es popularmente conocida como «La Negrita».