No, en absoluto al agua suministrada no se le añade flúor durante su tratamiento de potabilización.

El agua que suministramos cumple escrupulosamente con los requisitos establecidos por el Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero, por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, estando los valores de flúor muy por debajo de los valores paramétricos establecidos por el citado real decreto.