El barrio de La Coracha surgió a mediados del siglo XIX, cuando empezaron a construirse casas en la falda de la colina que desciende desde la Alcazaba hasta el final del Parque. Su nombre hace referencia a una muralla que defiende el acceso a una fortaleza o a un punto estratégico. En este caso, la coracha marítima malagueña se ocupaba de proteger la comunicación entre la Alcazaba y el antiguo puerto, el Muelle Viejo, cuyas aguas bañaban la ladera del monte, mientras que la coracha terrestre, que se ha conservado, unía la citada fortaleza con el castillo de Gibralfaro.En 1999 fue inaugurado el Túnel de la Alcazaba, culminando un viejo proyecto que ha permitido unir de forma directa la plaza de la Merced con La Malagueta. El acceso sur, junto a los jardines de Puerta Oscura y Pedro Luis Alonso, se abre en el sitio que ocupaba el antiguo Cuartel de Levante, recinto militar que fue demolido a principios del siglo XX para ampliar los terrenos destinados al Parque. Esta boca del túnel está flanqueada por una fuente-estanque adosada al desnivel entre la calle y la subida a La Coracha, cuyas viejas casas han sido sustituidas por nuevos paseos y terrazas ajardinadas.
El muro que sigue la inclinación del terreno, por el que originalmente caía una cascada, está revestido de piedra de travertino, y hace de frente de un estanque de planta ondulada que queda separado de la acera por un murete bajo con idéntico revestimiento. Una hilera de surtidores se dispone en su interior para crear vistosos juegos de agua mediante el ritmo de los chorros verticales. En la esquina superior, junto a la entrada del túnel, figura una inscripción en escritura fenopúnica con el nombre de la ciudad, tomado de las monedas que se acuñaban en la antigua Malaka.